Gobernar con sobriedad
Carlos Pérez Aguirre
En otras palabras existe una evidente ineficiencia y más aún se observa la patente incapacidad de la autoridad estatal, entre otros factores ¿acaso es el resultado del desvío de estos recursos? como en el caso de los helicópteros usados para actividades familiares y particulares totalmente fuera de su objetivo, como lo difundió en su momento un diario de circulación nacional.
Ángel Aguirre a casi la mitad de su periodo administrativo, no solo no ha cumplido la palabra empeñada en campaña de abatir la inseguridad, sino que muy por el contrario, puesto que este problema se ha agudizado terriblemente, no ha podido cumplir la primera razón de ser del gobierno estatal, que es la de brindar seguridad a la población.
Por ello el diputado Beltrones tiene toda la razón al mencionar en este contexto que deben renunciar los gobernadores que no puedan contener el embate de las bandas criminales, como evidentemente es el caso del gobernante guerrerense. Por cierto, en un tono similar se pronunciaron los coordinadores de las fracciones del PRD, PAN y PRI en el senado de la república.
Ya en otras entregas hemos comentado la legitimidad de las policías comunitarias, que tienen una tradición ancestral en las comunidades indígenas y rurales, pero el levantamiento de diversos grupos armados, registrado en los meses recientes, corresponde más a un fenómeno de autodefensa coyuntural, que de policía comunitaria. Movimiento estructurado también con legitimidad, siempre que la mayoría de las comunidades donde surgen lo avalen, pero también es una respuesta evidente a la incapacidad del gobierno estatal de brindar seguridad y protección a la ciudadanía.
Estos cuerpos de autodefensa pudiesen ser un excelente aliado de la sociedad contra la delincuencia, siempre y cuando los gobiernos estatales, como el caso del de Guerrero, no quieran coptarlos con fines más de tipo electoral y de control caciquil (ilustrativa es la fotografía aparecida en el periódico El Sur del jueves 21 de febrero 2013, páginas 3 y 4 donde se observa a un dirigente de las autodefensas sentado “por extraña coincidencia” junto al candidato del gobernante-cacique y en la otra aparecen las despensas y obsequios que “regala” el gobernante para atraer a los pobladores a sus eventos, además de ofrecer prebendas, como obras diversas en sus discursos, ¿casi de pre-campaña?).
Por tanto las policías comunitarias y vecinales deben ser un instrumento de contención contra la delincuencia, pero el gobierno estatal deberá de cumplir con su deber de enfrentar a esa delincuencia. Recordemos que la mayoría de los pueblos hoy alzados en armas, en su momento solicitaron a este gobierno medidas urgentes para controlarla, pero simplemente o no pudieron o no les hicieron caso, por eso tomaron la ley en sus manos; ahora que los grupos armados y organizados ponen en entredicho la actuación de esta “autoridad” se les trata de coptar de la peor y más inadecuada forma, con promesas, demagogia y oropel, lo cual simplemente no puede ser posible por que a quien se enfrentaron las comunidades es un enemigo peligroso y poderoso, por ello no se vale desmovilizarlos con promesas que seguramente nunca se cumplirán.
Lo más importante ahora es sustituir a esa autoridad estatal inútil que no cumple con su responsabilidad y que se indigna cuando desde fuera le señalan sus obligaciones, conminándola a renunciar por ser omisa. Por ello la entidad requiere gobernantes que estén atentos y sobrios, gobernantes que atiendan en tiempo a sus gobernados y que no los minimicen, como si fueran menores de edad obligándoles a acordar con la primera dama del estado para llevarlos a bailar zumba y practicar yoga, sino lo creen, pregúntenles a los dirigentes estatales del PRD.
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